Aquí comienza un nefasto día, una experiencia, un viaje a Zaragoza con el fin de asistir a un concierto. ¿Quién toca, quién canta? Oigamos las respuestas del propio Johnny:

P. ¿Johnny a quién vas a ver en Zaragoza?
R. Ehh... oye... si a... Calanamaro... si, si y a Bunburín. Tocan... eh.. tocan luego... si por eso te decía... en Zaragoza... y yo voy.

Tras el apoteósico comienzo Johnny sube al tren. Encuentra el vagón, su asiento y se sienta. Se le ve nervioso. Inspecciona su alrededor... Veámoslo...

El viaje continúa. A Johnny se le hace largo, a veces se aburre. Pero aguanta. Por fin se sonríe. Se pone en pie. No sabe que hacer con las piernas y con las manos. Sí, es la estación de Zaragoza. Baja rápido del vagón y sí... también tenemos una bella instantánea del momento.

Ya en Zaragoza. Hay que pasar el rato hasta el concierto. Que hacer... Vámonos de marcha.

No, el ánimo disminuye, a Jhonny le entra el bajón, ¿qué hacer?. Aún queda bastante para el concierto. Se desespera y opta por lo más cómodo... sentarse en un banco bien juntito a su amigo Santitos.

Por fin... Comienza el concierto. Johnny empieza a chillar: BUNBURÍN, EH!!! BUNBURÍN. Entonces sale al escenario Calamaro. Johnny se siente confundido pero nadie parece haberse dado cuenta. Empieza lo bueno...
(Sentimos que durante el concierto no haya habido un buen momento que congelar en una instantánea pero tenemos grabaciones sonoras del momento que incluiremos próximamente)

Encima Johnny ha conseguido que Calamaro le firme un autógrafo... o era Bunbury?.

La noche ha sido larga. Johnny consigue entrar de nuevo en el tren de vuelta a Logroño. Duerme tranquilo, como un angelito, ajeno a la cámara...

El viaje se lleva a cabo casi sin ningún incidente. Exceptuamos un sobresaltado despertar a mitad de camino...
Por fin llega a Logroño donde puede contar a todos el maravilloso concierto.